La Filosofía Medieval
Nombre dado por la Iglesia católica a los autores que establecieron
la doctrina cristiana antes del siglo VIII. Los escritos de los Padres, o
literatura Patrística, sintetizaron la doctrina cristiana tal y como se
encuentra en la Biblia, especialmente en el Evangelio, los escritos de
los Padres Apostólicos, las máximas eclesiásticas y las decisiones de
los concilios de la Iglesia. Facilitaron un conjunto doctrinal
articulado de la enseñanza cristiana para su transmisión por todos los
rincones del Imperio romano.
Hay que tomar en cuenta que al
principio la Iglesia no quería saber nada de la filosofía, ya que
estaban bajo la impresión de la nueva vivencia de su fe. Gracias a San
Agustín, se puso un sí positivo a la filosofía. Nosotros queremos dice
San Agustín, hablar no solo con la autoridad de las sagradas escrituras,
sino también basados en la universal razón humana (Ratio: relación
entre dos cantidades). Si los filósofos han dicho algo que exacto ¿por
qué no lo hemos de aceptar?, al fin de cuentas puede incluso servir para
razonar la fe y para comprenderla mejor.
RELACION ENTRE RAZON Y FÉ
La
cuestión de la relación razón-fe se plantea en un doble nivel: dentro del
nivel específico de fe y razón y en el ámbito de sus relaciones tal como se
han desarrollado en la historia. En el primer nivel la fe se considera como acto
del hombre que compromete la globalidad de su existencia en la apertura al
acontecimiento de la revelación y que no puede aislarse de todos los demás
actos que forman la existencia. En este contexto, una fe no razonable sería una
no-fe, inadecuada a la estructura del ser humano. Al propio tiempo, la razón se
caracteriza por una capacidad de comprensión sistemática de la realidad y por
la posibilidad de la posesión cognoscitiva de la verdad. Una razón que se
plantease la hipótesis de un principio distinto de ella concebiría una lógica
no objetiva y, por tanto, no racional. En último análisis, la cuestión de la
relación fe-razón parece como si se detuviera ante el dilema de la
incompatibilidad entre la certeza de la fe y la problematicidad de la razón,
entre úna forma de saber que no acepta que se la ponga en crisis (la fe) y un
saber dispuesto en línea de principio a poner en crisis sus propios
presupuestos.Desde
el punto de vista histórico, la razón y la fe han dibujado toda una
multiplicidad de figuras: desde el encuentro entre fe y razón que en la cultura
medieval llevó al nacimiento de la teología como ciencia de la fe, hasta la
idea propia del renacimiento del valor original del hombre y el optimismo
cognoscitivo de la Ilustración que expropia la racionalidad de la fe en un
racionalismo que se enfrentará con el tradicionalismo, defensor acérrimo de la
desconfianza en las capacidades de la razón; desde la sospecha de la razón
crítica y exclusiva que prescinde de los fenómenos y experiencias no
controlables, insinuando la duda de la irrelevancia y de la insensatez de la fe
o relegándola en lo indecible, hasta una nueva relación entre la fe Y la
razón caracterizadas por una taréa hermenéutica que parece acercar entre sí
a la teología y a la filosofía. Si la crisis histórico-filosófica inaugurada
por la Ilustración había declarado que la religión y la fe eran una ilusión,
una proyección y una ideología, poniendo en cuestión el carácter científico
de la teología (secularización), la crisis del fin de la modernidad ha
sancionado la relativización y la diferenciación del saber, que lleva consigo
el fracaso de la razón, entendida como razón constructora del propio objeto
dentro del saber totalizante del sujeto, abriendo una nueva etapa en la
relación razón-fe. Testigos de ello son la crisis de la razón
científico-positiva, la de la razón histórico-dialéctica absoluta y
utópica, hasta el racionalismo crítico introducido por K. Popper.